domingo, 16 de agosto de 2020

Ojeada.

Hoy me acuerdo de tu espalda, 

a la que juego que es mi almohada

y te abrazo, 

te digo susurrando,

y la agiganto

con versos que tocan mis dedos

y con un par de cartas

apareciendo en forma de besos

en código morse.  

martes, 25 de febrero de 2020

Una vida a la vez

Desgarradores gritos
inundan la avenida
mientras se escucha la tierra
partirse en la caída

Madre sollozando
tras abrazos inundan
gestando una manera
de personas inhóspitas

En fila sobre la pared
todos los culpables
de los delitos y rumores
que las muertes contemplan

No hay quien reviva
ni rezo válido
al dolor que las manos
van golpeando las puertas

Ojos se esconden
detrás de las rejas
detrás de las rejas hay ventanas
detrás de las ventanas nadie
a quién acudir

La calle se hace desierto
y cada casa un refugio
en ese refugio se murmura
"a mi no me va a pasar"

viernes, 26 de abril de 2019

De mentes y memorias

estruendos acoplan el sonido
intensamente
queda la palabra

que rima en esa moda
extrañamente
queda vacía

los pájaros ya no cantan
alegremente
ni por la plaza, ni por el cielo

de uno en uno fuimos cayendo
silenciosamente
en las noches de entierro

ni el otoño ni el verano nos vieron
cautelosamente
nos fuimos olvidando

corrimos el riesgo
decisivamente
de seguir sintiendo /existiendo/

y cuando ya no quedó ni un grito
fuertemente
se volvió a escuchar otro estruendo

intentaron todo hasta matarnos
vanamente
que se olvidaron que jalamos el gatillo

perdidos e invisibles corrieron
velozmente
hacia su batalla final

cayeron cada uno de ellos
fuertemente
y desde la tierra volvimos a vencer

domingo, 30 de septiembre de 2018

Lo que me busca.

Apuntes viejos.
esconden contenido
que me busca
en la práctica.

Me espera el guardapolvo,
las tizas crispan
mientras escucho el murmullo
y me veo por las pasillos.

Agitando las manos,
recorro con los dedos
zonas de el mapa escondido
y pinto los mares con celeste.

Busco en la caja, los lápices
y los reparto entre todes
la risa, y los "seño"
me inundan los suenos.

A mis pesadillas

Voy recogiendo mis pedazos
me rearmo al tiempo
que ya perdí
que ya no está

Baila la luna en la esquina
mientras el adoquín suena
las mismas calles
pero hace tiempo sin mí.

Y qué pasará si el tronco no sabe
que ando girando en círculos,
los imanes se pegan
buscando conectarse.

Las burbujas suben el vaso
ya no brillo como el sol,
el cuerpo y su cuello
me taparon tu sonrisa.

Y no puedo mentir
porque tengo miedo
las sombras siempre me siguen
me tocan los hombros, alerta.

jueves, 27 de septiembre de 2018

Vengo.

Vengo esquivando todos los semáforos,
no es casual que me cueste frenar
pisar el acelerador es tentador
a comparación de lo normal.

Vengo en silencio
puedo decir que lo esquivo
busco el ruido que me despierte
mi cabeza ya se durmió.

Pienso, vengo pensando
hace tiempo que la rueda gira
sola y acompañada
por los fantasmas más charlatanes.

Hablo con ellos,
me conocen hace tiempo
almuerzo con ellos,
soy el plato principal.

Aprendí a no aparecer
a silenciarme en voz alta
no digo nada
y no es necesario callarme.

El cielo es el único reflejo
de el mar y de la nada
yo me reflejo ahí
nadando en muchas palabras.


domingo, 16 de septiembre de 2018

A Claudia Falcone.

Hoy ya no soy tan chica, no tan. Y quizá vuelva a este lugar porque dejé sentados momentos de mi vida que se transformaron en historias y crecimientos. Hace casi cuatro años vengo escribiendo acá, sobre amor y politica, un par de cuentos que al leerlos ya no entiendo, poemas a la nada y algún haikú perdido en la mmemoria de lo que alguna vez sentí.
Hoy es dieciséis (16) de septiembre y tengo la costumbre de hablarle a las fechas pero más que nada a quiénes las hacen importantes. También puede ser que busque esta idea de que quién muere no se va sino queda esparcide por el tiempo y un par de cosas misticas que hacen a la fé algo más cómica.
En fin... te charlo como si hubiésemos sido compañeras, que al fin y al cabo lo somos. Y hay un poco de pensarme a mi con dieciséis años en mi militancia. Pienso en vos, también. No de una forma heroica, para nada. Sino con la simpleza que lleva quien milita y decide dejar su vida por las causas que nos estremezcan. El heroismo nos hace creer que nadie disfruta, que los momentos de felicidad son efímeros que no dudo que lo hayan sido cuando el terror es moneda corriente por las calles y construir una nueva persona, una nueva cara que guarda en sí los más bellos deseos de libertad.
A veces busco a mi referencia política como algo cercano, porque vivo a flor de piel. Porque nos creo humanes, interesades en una vida mejor o no. Suelo caer en esta fecha y pensar en la primavera, el mate, algún tema de Spinetta o Los Gatos, me remito a las camisas color marrón ocre o beige y otros tantos ejemplos válidos en pensar en la época. En tu época. Nunca me detuve a pensar si hubo felicidad, y si hay algo que el tiempo no es capaz de agrietar las generaciones, es el deseo. El deseo que te movió a vos y a tus compañeres, no habrá época que cambie eso en la militancia. Por momentos me veo en vos, como tantas pibas.
 Una vez leí una nota en la que tu hermano dijo que vos eras una piba normal, que pensaba en pibes y fumar porro. Y que lo que resaltaba era la calidez humana, esa sensibilidad que construye algo mejor, por más chico que parezca.

Por eso hoy me debía escribirte, no caer en admiraciones. Si en el respeto. En la promesa de que la felicidad nos la alimentaremos entre nosotres, y que el heroismo no es más que la vida que llevamos rebelandonos ante todo lo establecido. Ante todo lo injusto.
No sé Claudia, yo no pienso olvidar tu imagen.