Dulce licor que envenena,
calcina el alma de un trago
baja por la garganta
cae en el corazón
Aquella gota, letal
que aparenta atrapar,
que se esparce sin dudar,
que a la presa ha de tomar
Ataca donde puede,
controla al ingrato
lo seduce,
lo mata.
Pero éste no entendió
que este juego o perdió
porque no hay reglas
en el juego del amor.
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