sábado, 22 de agosto de 2015

Mi mentor.

Hoy mientras leía "Mujeres", el último libro de Eduardo Galeano (que son recopilaciones de relatos o narraciones escritas por él en otros libros) me acordaba de él. No podía evitar largar una lágrimas tras leer una narración o una breve historia. Pensaba que siempre se dedicó a hacer tan cortos escritos, pero cada vez que leía algo, que sí era breve, era tan consiso, tan puntual y tan llegadero. Galeano supo como con dos párrafos hacerte entender porque la mujer históricamente fue sublevada, y por qué nos han visto como rebeldes o heroínas o simplemente dementes. Hace mucho tiempo no me sentía así, de extrañar tanto a alguien (al margen de mi compañero que llegó hace poco del Sur), no puedo entender como me dejaste sola Galeano. Nunca nos conocimos, un deseo que jamás podré cumplir a menos que existiese otra vida (que creo firmemente que sería por lo único que me gustaría que el Paraíso fuese algo real). Siento que dejaste a toda una nueva cultura, que cada vez está más golpeada, que la tecnología nos saca lo humano, nos deja desnudos ante la muchedumbre y nos derriba a los golpes, que dejaste a una generación sin salida.
Me enerva que todo esté Patas arriba, que nadie se ame realmente, que no haya un Libro de los brazos que nos enseñe a querer y a como ser afectivos, que nuestras Venas Abiertas no nos dejen más que con sangre esparcida que con razones por las que luchar, me molesta que seamos ecos de la Memoria del Fuego, y que no nos recuerden invocándonos todos los días.

Estoy enojada.
Estoy triste.
Estoy sola.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario