sábado, 12 de septiembre de 2015

11 de septiembre, Día del Maestro.

Ayer, 11 de septiembre, como todos los años se recuerda el fallecimiento del escritor, político y militar argentino Domingo Faustino Sarmiento, y en comemoración a tal se hace llamar a este día como el "Día del Maestro". En Cuba se celebra el 22 de diciembre en conmemoración al día en que Fidel Castro declaró a Cuba, a poco dos años de la Revolución, como un país libre de analfabetismo, en Guatemala es el 25 de junio en conmemoración al asesinato de una maestra llamada Maria Chinchilla durante una protesta en contra de la dictadura facista de Jorge Ubico en 1944, y en Paraguay es el 30 de abril en visperas del día del trabajador de la cultura, y en México el 15 de mayo en conmemoración a la Toma de Quératereo. Estos son algunos ejemplos de países hermanos los cuales el día del maestro tiene un sentir honorable y con aroma a libertad.
Ayer recordamos a Sarmiento, qué, para muchos fue el padre de la educación argentina, y sin negralo, fue ante todo un hombre inteligente y complejo...
Todo lo que nos enseñaron en la primaria es completamente cierto, construyó montonces de escuelas tanto primarias como secundarias a lo ancho del país, trajo docentes "calificados" para mejorar la calidad de educación del país, triplicó la asistencia escolar en su mandato como presidente, institucionalizó la educación primaria de cáracter pública, laica, gratuita y obligatoria, esto es sólo una pequeña reseña de lo que Sarmiento dedicó al crecimiento de la educación y lo que él creía como civilización, la civilización argentina.
No obstante, existe otra historia, una que no nos muestran en los libros y/o manuales de primaria, una en la que no nos hacen colorear a Sarmiento ni cantar su himno, una que , en mi humilde opinión, Sarmiento jamás hubiera querido que sea divulgara, sin ir más lejos, vista siquiera.
¿Por qué? Porque el mismisimo Sarmiento era un hombre que creía que las ideas no se matan, siempre y cuando sean sus ideas. El nacimiento de la civilización argentina ¿a costa de qué? A costa de Europa, él entendía que la educación era una herramienta de progreso, de caracter liberal claro está. Ya que, consideraba a Europa como supuesto valuarte del conocimiento (y para la época no estaba mal, claro está) a mi criterio el querría haber nacido allá, en Europa más específicamente en Inglaterra ya que toda su vida eligió a la Corona Inglesa y dentro de su actividad política en argentina se inclinó a crear y sustentar el modelo agro-exportador que hoy en día sigue siendo el arrastre y la lucha que tenemos como argentinos y argentinas. Dijo de los argentinos que somos; "pobres hombres llenos de pretensiones y de inepcia, miserables pueblos, ignorantes, inmorables, y apenas en la infancia. Somos raza bastarda que no ocupa, sinoque embaraza la tierra". No sólo eso sino que instauró un odio racial hacía los pueblos indígenas y dijo que ellos que su exterminio es providencial y útil, sublime y grande, que se los debe exterminar sin ni siquiera perdonar al más pequeño. Y sin ir más lejos, se vio con la Guerra del Paraguay, la famosa Triple Alianza, ya que fue participe activo de la misma y que trató de salvaje a sus nativos. Fue tal la miseria de este hombre que dejó en ruinas al país hermano, con una deuda externa que se le impuso por "lo mucho que les costó a los países enemigos, asesinarlo", dejando con las mujeres a cargo del país, sin producción nacional, sin ferrocarriles, sin aduana, sin vida.
La finalidad es esto es la siguiente:
Ahondar en lo que creo yo que debe ser una figura ejemplo y creo firmemente que una figura ejemplo debe relucir entre sus capacidades, errores y limitaciones un humanismo y hermandad para con sus pares que nos garantice a nosotros, los estudiantes, los jóvenes o niños que el día de mañana seremos unos adultos o adultas comprometidos con una esta bajeza de sociedad y de sistema que impera pero con una perspectiva solidaria y comunitaria.
"Civilización o barbarie", no es frase cualquiera. Ellos los civilizados impusieron su verdad, y su historia con la sangre de hermanos, de eso raro, de lo ajeno, lo diferente. Destruyeron tierras, sometieron pueblos ¡asesiraron culturas! Aún no sé quiénes realmente son los bárbaros.
Domingo Faustino Sarmiento no fue un héroe, son héroes todos los profesores, docentes, educadores, maestros llamenlos como gustes, los que se levantadn cada mañana con un sistema que golpe, que ataca, que paraliza, que deprime con esas ganas que nacen, esas ganas de salir a enseñar lo que a uno le enseñaron pero con vida, con ansias de que el chico se exprese y se alimente de contenido, Son ellos quien no nos ven como una nota, porque no somos un número, son ellos quien le dan vida a este sistema en decadencia y buscan en nosotros el poder de crear, de innovar no de formar sino de construir, de que nosotros nos encontremos con nosotros mismos y nos critquemos ¡que critiquemos la historia! No son maestros los que se sientan en una silla a esperar que pase la hora, esos no son maestros son títeres del sistema decadente. Y sé que es complicado cuando tenes a un grupo de estudiantes que no han visto nada mejor que la televisión y un mundo de injusticias, cuando el Gobierno los hace un laldo, se cierran cursos, se despiden docentes, se baja el presupuesto de educació, se dice que no se quiere política en la escuela pero estas son políticas neoliberales, entonces ¿ a quién no le conviene pensar?
Pocos profesores vengo conociendo que esperan más de mi que yo, que me exigen, que esperan que comience con mis críticas, que les interesa que pienso y si no critico, saben que estoy muriendo.
Ayer se recordó el día del maestro como algo más, como un día para el supuesto valuarte de la educación, el genocida de la educación, la figura ejemplo.
Yo no, yo recuerdo a quienes hoy los llevo en el alma y por quierenes todos lo días me levanto para saber más, porque quiero ejercer la docencia y porque sí, creo como Sarmiento que es una herramienta de progreso pero no para Europa, para uno mismo, para su dependencia, para su alma. Defendamos la educación a pulmón porque el enemigo siempre va a ser el saber, porque Sócrates decía que el saber es poder, y nosotros podemos.

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