miércoles, 24 de agosto de 2016

El hombre de los veinte y cinco veranos.

Un poco resignado por el mundo va aquel hombre de los veinte y cinco veranos.
Contempla el alba, ya que escucha el cantar de los pájaros que acampañan dicho espectáculo. Sueña con ser libre, aunque piensa -suele dudarlo pero recae en su sentir- que libre ya es, entonces piensa "¿prisionero de qué?". Sus mañanas con un mate, y la música que lo caracteriza. No se sabe si lo han visto enamorado, ya que el amor para él son muchas cosas. Algunos piensan que está enamorado de la vida, pero esta teoría fue desecha por una jovencita que proclamó estar enamorada de él porque él es vida; "si vos sos vida, o la carne de la vida ¿cómo podrías estar enamorado de vos mismo sin saberlo?". Otros piensan que le rompieron el corazón tantas veces que no diferencia entre amor y encanto. Sus veinte y cinco veranos pasaron muy rápidos, no creyó toparse con la vida.
Éste tiene una sensibilidad característica, gusta de la sabiduría pero es un alma que necesita cobijo. Suele encontrarse con él mismo entre tragos y desvelos, pero sabe bien que su desvelo es otro. Niega y rechaza al amor, niega el desafío de arriesgar lo poco que tiene, niega en apostar su libertad. Gusta de los besos en mate amargo, y de las noches de sexo interminables. No puede sacarse el sabor de a última mujer, de quién se enamoró -y ésta a su vez cree que él es su perdición- pero sus veranos encima no dejan que pueda salir a volar. Creyó no caer en esa trampa, pero nunca se dio cuenta de donde estaba. Quiso huir, pero encontró en ésta joven una mujer decidida. Se acobijó en sus pechos, desnudó su alma. Un grito retumba por su cabeza, es la inseguridad quien golpea su puerta mientras la joven calla y sufre, llora y ama. ¿Cuándo éste se decidirá a confesar su realidad o tormento? Algo que no sabían ambos era que dos cosas los unían, el amor y el destino, que son muy cercanos y que juegan con las vidas.
La inseguridad de ambos los limitaba, y un verano más se acercaba.
La noche los invitaba a ser felices, la distancia los separa.
La vida quiere animarlos a unirse, el destino los aleja.
El tiempo está de su lado, los veranos son cortos ésta vez.
Su historia es poca, pero queda mucho por escribir.
Ellos están enamorados de la vida, con sus miedos. Pero hay algo que no saben, que ellos son vida.

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