sábado, 12 de diciembre de 2015

A la espera del próximo abrazo.

Intento no ser tan dramática con las escrituras, ni sacar mi amor en la palabras todo el tiempo, pero lo amerita, debemos darnos esos gustos cuando el alma suplica a gritos unas caricias ¿no?
Ya se fue, ya no está ahí. El miércoles como un día común la gente paseaba por el Centro de la Ciudad de Buenos Aires, un día normal... Quizás si no hubiera sido la magnitud del hecho el que nos haya puesto a gran parte del pueblo, o al menos quienes alcanzaron a acercarse, a reunirse una vez más en la mítica Plaza de Mayo (que a mi parecer, es la más hermosa de todas).
Otra vez fuimos nosotros y nosotras quiénes ocupamos esa plaza, quiénes fuimos con nuestros cantitos desaforados, con las lágrimas derramando recuerdos entristecedores con el paso del crecimiento enriquecedor, con el cuerpo pasando por todos los estados de unas horas, con casi treinta grados de calor, estuvimos ahí.  Esos que suavemente llaman a la violencia hicieron no sólo oídos sordos, sino callaron a su alma al creer que todo ese circo que para ellos no era más que eso, era una obra de arte, el arte más hermoso, el cual se expresa con una simbología pura de amory de alegría (porque como me dijo un compañero el miércoles "que no nos roben la alegría").
Es algo duro creer que me crié con este modelo de país, que me costó entender, apoyar y asumirme como tal pero todo lo que fui y soy me nació, sin contar mi ideología, que requirió mucho contenido para entender diversas cuestiones de la vida, de la política que es parte de nuestra vida.
Al margen de eso, es duro pensar que comencé a militar en la organización donde estoy sabiendo que se venían tiempos difíciles, que la militancia sería ardua, extensa pero que los frutos lo valdría o no, pero el militante está, por su fe y convicción, por su espíritu o porque simplemente es un militante y eso le depara el destino (o eso que llamamos destino pero sabemos muy bien que lo encaminamos nosotros). Sin ir más lejos, fue difícil con mi corta edad entender muchas cuestiones de la vida, y más comprender que ese miércoles se despedían quién me hizo sentir parte de algo, de un proyecto y quién me habló a mí tanto como a mis compañeros sobre lo que es ser militante (y un militante peronista). A pesar de eso, sufrí(o) al pensar que esto (al menos hasta ahora) se acabó (desde un punto gubernamental), que estamos en manos de quien escriba el destino del pueblo, quien ha dejado en las manos su destino sin saber cuál es el camino a recorrer.

Negra, morocha, presi, Cristina; gracias por los mejores doce añosde mi vida (teniendo dieciséis es algo irónico que dijiera algo así), gracias por reinvindicar las banderas de Eva Duarte y Juan Perón, gracias por darm este lugar, por luchar por la igualda de oportunidades, por tener los ovarios para enfrentar a los poderosos traidores de la Patria, por no dejar ni tus convicciones ni las de él en la puerta de la Casa Rosada, gracias por ese "autoritarismo" al que yo lo llamo "defensa", gracias por defendernos, por todo eso que hiciste posible, gracias por ser mujer, por tener ovarios y demostrar que la mujer está empoderada y destinada a grandes cosas como vos, como nos enseñó Eva y creíamos que ahí había quedado. Gracias por haber pensado en nosotros, por verte reflejada, por tu militancia, gracias por todos tus discursos en las Cumbres de las Américas, en la ONU o cualquier lado que necesite de tus palabras. Gracias por no bajar los brazos, por ser siempre leal a las convicciones, por ser leal al peronismo.
Los errores existen y las críticas nacerán, de hecho ya nacieron, eso es lo interesante de la militancia, que cuando todo parecejodido es cuando hay que poner. No me alcanza el alma para decirte gracias o un adiós y quise que este día no llegara nunca para poder disfrutar de verte un día más, no puedo negar que tu carisma y tu inteligencia me generan locura absoluta, disfruté escucharte y que desborde tu astucia para imponerte y dar a conocer que no fuiste, ni sos una más, que sabés lo que pasa, nadie te lo contó, lo viviste, lo militaste...
Me genera temor que nos quieran sublevar nuevamente, que este lugar que hemos ganados tras años de luchas sea arrebatado, porque a ellos no les gusta la militancia porque es la misma que deja en evidencia las miserias humanas y que las repara con el labor incanzable de todos los días, de sol a sol. Esa militancia de la cual fuiste y sos parte. Se me cruzan miles de cosas por la cabeza, el peronismo que es mi gran amor con su creador y líder; Juan Domingo Perón y nuestra transmisora, nuestra mujer rebelde Eva Duarte, se me cruza el peronismo como forma de vida, la militancia, la poscripción, la resistencia, el regreso, la muerte de nuestros exponentes, la farsa, la dictadura, los 30.000 compañeros, los caídos en Malvinas, la regreso a la democracia e innumerables cosas que podría explayar durante renglores y páginas pero no más que decir que la juventud hoy es protagonizta de estos legados, de quienes dieron su vida por esto, por una ideología, por una convicción, por un cambio...
Cambio no es el eslogan de retroceso, ni de liberalismo, cambio va de la mano no sólo con el progreso sino con una forma de hacer política, de realmente cambiar como quién empezó a hacerlo ese 25 de mayo de 2003, tu compañero. El que nos abrió las puertas a confiar en la política, y para quienes amamos esto para entenderla un poco más.
¿A dónde quiero ir? Quizás con vos, a donde vayas, pero ahora tengo una tarea un poco más complicada, que es defendr al pueblo, y sí, con dieciséis años me siento preparada para levantar a quién lo necesite y hundir a quien quiera arrebatarnos el sueño, porque el Che lo dijo una vez; "seamos la pesadilla de quienes pretendan arrebatarnos el sueño." Y creo yo, firmemente, que debemos de velar porque nada de lo logrado, de tu esfuerzo y de todos, siga en pie. Que aunque te extrañemos, estarás ahí, y que arriba tenemos a nuestros compañeros cuidándonos (cuidándote también).
Me duele decirte adiós, aunque ese adiós suene a algún regreso oportuno y sublime, me intriga tu llegada, me produce confianza que nos hables, que intentes de convencernos de que tenemos que luchar por más desganados que estemos.
Hoy no me quedan lágrimas, yo lo viví. Estos doce años no fueron magia, es verdad, y con errores a corregir, críticas que hacer(nos) hay que seguir, porque todo esto que pasó fue por algo porque hay un pueblo que pide a gritos una soberanía y que ahora sabe el poder que tiene, que está empoderado.

No puedo agradecerte más, me pongo melosa.
Néstor, desde donde estés, sos orgullo.
Por Eva Duarte y Juan Perón.
Por cada compañero que me necesite
(que nos necesite)

Volveremos, venceremos.
"Resistimos los '90
volvimos en el 2003,
junto a Néstor y Cristina,
la Gloriosa jotapé"

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