Pegados, exitados
tal vez entusiasmados
tristes o desorbitados
pero esperando
Durante horas,
durante días,
llegó ese día,
la despedida
Nos vimos las caras,
las manos, el pelo,
nos vimos a los ojos
con algo de consuelo
Saber que ahí están,
los que nunca callarán,
saber que contarán
con el hombro a la par
Y nos abrazamos,
fuerte, mordiendo las ganas
con la sangre caliente,
con el corazón saliente
Soñando que un día vuelvas,
que no te vayas jamás,
porque este sueño no se termina
este asunto es ahora, nada más
Negrita; no te olvides de mí,
que acá voy a estar,
esperándote otra vez
para volver a ser feliz.
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