domingo, 6 de diciembre de 2015

Pude escribir los versos más lindos, o hundirme en un llanto al sentir esa sensación otra vez. De conocerlo del todo sin saber nada de él, de tocar su rostro en sueños y besar sus labios en desvelos.
Pude verlo todos los días en el espejo, traspasaban mi mirada y focalizaban su boca, fina y suave.
Pude enorjarme con él, por no ser lo que él quería, por buscar su atención, pero lo quiero.
Quiero contar que lo quiero, que volvió a pasar.
Volvió a ocurrir.
Y nos encontramos acá, conociéndo a un desconocido, amando a un rostro que vive en la sombra.
¿Qué hacer ahora?
¿Puedo ir volando hasta vos?

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