jueves, 26 de febrero de 2015

¡Abre tu mente al sol!

Hoy me desperté de hecho lo hice más de siete veces, para poder estudiar alguna cosa de matemática. Al final logré hacerlo. Me lavé la cara, me vestí y me volví a tirar a dormir porque estaba destruida realmente. Me desperté por octava vez y eran las 6:55 am, corrí a ponerme las zapatillas, agarré mis llaves (si quiera sabia si eran mías) y salí. Caminé como todas las mañanas un par de cuadras escuchando Pescado Rabioso, hasta llegar a la parada del 37. Decidi irme con el colectivo 70 hasta Montes de Oca y luego combinar con el número 12, ya que el 37 a esa hora va muy lleno, por suerte viajé sentada. Llegaba justo, mientras escuchaba el álbu completo de Pescado, Artaud, observaba todo el camino, la gente que pasaba, los colores de los autos, las señores y señores con sos horrendas caras de cansados yendo a trabajar, al médico o a donde fuese. Pensaba. Pensaba en la existencia, que hermosa que es y que poco valoramos esta.
¿Qué sería de nosotros si tuviéramos siete? ¿Valoraríamos menos la vida? Yo creo que sí. A veces no nos percatamos que esta es nuestra única oportunidad. No hablo de vivir toda una vida sana, de no arriesgarse a hacer cosas "extremas", para nada. Hablo de vivir, de amar, de creer, de soñar de poder confiar que el mañana será mejor.
Me encuentro encerrada en cuatro paredes, habllando de la vida mientras a veces creo que es díficil y en realidad sé que no lo es. Todos enfrentamos adversidades a lo largo de nuestras vidas, y sin embargo estamos acá. ¿Por qué estaríamos si no fuese para hacer algo? Creo firmemente que somos simples húespedes de un mundo tan hermoso, que nos hemos vuelto locos y adueñado de él. Imagino que somos los vencedores, el mundo pobre, solo y con tanta vida, es vencido. La contaminación, la tecnología que crea nuevas formas de olvidarse de lo natural, masacramos especies, olvidamos cuidar este mundo, que hasta lo que sabemos es el único que tenemos. ¿Suena muy ecologista? ¿Por qué tantas preocupaciones de una adolescente, no? Pero quiero volver al tema de las vidas, de nuestras vidas.
Naces, vivís, te reproducís (si es que lo haces) y morís. Listo ya está, se terminó, allí acabó tu chance. El sistema nos enseña eso, nos enseña que la mujer se casa con un hombre, no un hombre con la mujer ¿por qué? Porque simplemente la mujer es más vulnerable ¡Mentiras! Estúpidas mentiras. La madre los cría, el hombre trabaja. El hombre no llora porque si no es una nena, la mujer no dice groserias porque si no es un varón. ¿Quién carajo nos metió eso en la cabeza? Hombre y mujer, dueños del mundo, o mejor dicho siempre se habla del hombre para generalizar. Los homosexuales siguen siendo "el bicho raro" del sistema, o los que salieron mal. Si no estudias no sos nadie, si no te recibís no existís. Nos calificamos como buenos y malos para las cosas. Somos alumnos de la vida, y esta nos pone nota, somos un número. Las corporacines que lucran con nuestro cuerpo, salud y alma. La televisión es nuestro segundo hogar. la religión nos envenana con mentiras, la mafia está allí, en una jaula de oro. No queremos saber para no tener problemas, y le tenemos miedo a lo que no existe. No sabemos si Dios es real, pero intentamos llevar una vida en paz con él para que nuestra muerte sea dichosa. Hermanos se pelean con sus hermanos por una tierra, la avaricia y el rencor han arruinado el mundo.La vestimenta te caracteriza, raro, bien vestido, elegante, fisura, etc. Olvidamos nuestras raíces, preferimos tomar una historia que no pasó.  El periodismo es un morbo, del que todos gozan, el arte peor, en cualquier momento se convierte en un privilegio. No existe lo popular sin un poco de privación, no existe el perdón. El oficio es una tortura y nos torturan en el oficio, creemos que tenemos que estudiar una carrera para ejercerla toda nuestra vida, creemos que debemos hacerlo, y creo que no, no es así. Y el dinero ¡el maldito poder que tiene éste! Nos enamora con sus cantos de fortuna y de felicidad, ¡obtenga más de nosotros y será feliz! Eso nos implantan en el cerebro. Somos como máquinas, de distintas fábricas, pero fábricas en sí que nos ponen un chip y quieren que seámos eso, nos dominan, nos controlan o lo que es peor nos esclaviza el sistema.
Suena muy anarco, de hecho lo es. El sistema nos abraza cálidamente, en ese abrazo nos analiza, nos envuelve en posibilidades, nos deleita con las bases de este y cuando nos tiene en sus brazos da el primero golpe. Nos llena de impunidad, de injusticia, de egoísmo, nos hace creer mejor que el del al lado, nos dice que sin sufrmiento no se puede, y que la ganacia será mayor. Nos enfadamos con lo que nos dura el dinero, nos comparamos, desconfiamos hasta de nosotros, nos estancamos y no avanzamos. Y ni quiero hablar de lo que vivimos como jóvenes, si salís sos una puta o un gato, más no saben la palabra "puta" y gato; gato es un animal. Nos etiquetamos como productos que con ellos sabrán lo que somos, con una mirada creemos conocer al otro, el otro es nuestro enemigo. Cada vez más nos destruímos, como sociedad, como pueblo, como compañeros, como sistema. Puedo decir que lo detesto, pero no puedo llamarme anarquista. No puedo salirme de él, soy otro robot, otra maquina con un código que desifraré. Ya no, hoy no seré eso.

Hoy me ocurrió que cuando salía de un aula de primer año, escuchaba que alguien tocaba el piano, era Serra. Lo ví, lo saludé desde lejos, me tiró un beso y fui hacía él. Lo saludé con un abrazo como hagocon todo ser que conozco, y hablámos brevemente del colegio y lo horible que es llevarse materias e ir en febrero a ver los rostros de estos mounstruos que nos reprueban por dos estúpidos puntos, pero este no es el caso. Me preguntó que carrera quería seguir, o que tenía pensado hacer, y le respondí con algo que nunca antes había hecho: "mi meta en la vida es no vivir amargada". Me sorprendió, siempre he respondido que sería profesora de historia, que estudiaria la licenciatura para conocer más, en realidad ese sentimiento de querer ser más que un profesor, a su vez iría por licenciaturas en el área de Letras, y que iría por algo relacionado con la sociología, y quizás la política. En esta ocasión fue diferente. Contesté desde mi corazón, respondí a mi mayor deseo que es vivir una vida plena. Luego de esto le pregunté que pretendía él y me contestó: "por ahora termiar el colegio, es lo que quiero", nos quedamos diciendo dos cosas y luego le dije: "quiero hacer muchas cosas en mi vida, no quiero estar en ese grupo de gente que se preparó toda su vida para ser profesor, ingeniero, etc. Lo mio está en las artes visuales, amo la historia, necesito conocerla, es vital para mí, pero no quiero ser una amargada que solo trabaja de una cosa y tiene ese título mientras su vida cae sin sentido". Rio, se dio cuenta que frente a él había otra alma anhelando libertad, sintió el amor que le tengo a la libertad y más que nada conoció un espacio de mi alma que es tan importante en mí. Me contestó: "es que nosotros somos rocanrol, no estamos hechos para el estudio, si no para vivirlo, estamos al lado del sistema pero no dentro de él negrita, nosotros luchamos por algo diferente, luchamos por la alegría". Hablamos de lo que es hoy en día el trabajo, se lavantó del asiento del piano, fuimos hacía la misma dirección, nos saludamos y él salió hacia afuer y yo volví al tercer piso del edificio nuevo del Normal.
Esta charla con Serra me llenó. No me conoce mucho, de hecho casi nada, compartimos saludos, y un gusto musical parecido, amantes de Boca Juniors y hasta ahí, no más que eso. Pero hoy me habló como si me conociera de mucho tiempo, como si sientiera mi energía, me sientío como lo que soy. Sus palabras, que los que leerán esto pueda ser tan poco, fueron sinceras, una sincera caricia a mi espíritu. Sé lo que soy, sé lo que lograré. No se olviden de estas palabras porque verán lo grande que seré. Sin tanto dinero, viviendo en un barrio normal, luchando por la lucha de lo popular, militando por amor, enseñando para conocer, actuando para vivir, y muchísimo más. Porque Serra tiene razón; "luchamos por la alegria".

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