lunes, 20 de julio de 2015

Olvidar es recordar, es volver el tiempo atrás.

Lo ví , podría decir que nunca dejé de verlo. Podría decir que nunca lo olvidé, que recordé cada momento, cada instante que pude pasar con él, me acordé de sus encantos y cuando abrió su corazón al contarme historias de él y de sus aventuras. Lo saludé, él a mí también, sonreímos, tímidos como la primera vez.
Nos encontramos en las miradas, sin tocarnos, sin siquiera estrechar la mano pude conectarme con su alma, pude abrirme de nuevo hacia él, hacia lo mucho que fuimos y lo poco a la vez.
Recordé su mirada, tierna, sincera y serena, que me dejaba sin aliento.
Recordé su sonrisa, la cual yacía en mis labios enredándonos en un beso.
Recordé sus abrazos, los que me rodeaban en suspiros y en calma profunda.
Recordé su serenidad, su paz interior que supo relajarme en mis locuras eternas.
Pude recordarte, pude sentir tu espíritu, y no te olvidé, no pude jamás dejar de pensar que hubiera pasado si nos hubiéramos dado una oportunidad, si nos hubieramos dado la oportunidad de amar, de querernos una vez más.
¿Cómo puedo negar que aún quiero dormir en tus brazos?
¿Nos merecemos aún?
Fuiste el mejor blues.

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