sábado, 1 de octubre de 2016

Las relaciones en tiempos de tecnología.

Y, a veces me pongo insoportable con este "temita" del amor, pero me es imposible no hablarlo.
Menos ahora, estamos todos y todas hiper conectados y a la vez tan lejanos/as.
¿Nunca les pasó eso de querer romper todos los celulares y mandar a cagar a medio planeta? Porque a mi sí, o casi siempre me pasa. ¿Nunca estuvieron dentro de una conversación con sus amigos o amigas y hablaban más de los "me gusta" de una publicación de tal a tal que de lo lindo que es el cielo en otoño?
Pasa, pasa que pensamos que la tecnología nos sirve y nos acerca a quién le queremos caer o quien queremos estar. Pasa que nos infectamos de basura trilleada de amor vendido en una pantalla fría y sombría.
Últimamente no paro de escuchar frases -que ya hasta son típicas- en las cuales importa más el peso que puede tener una relación (ya sea de amistad, de pareja o lo que fuese) en una red social que en carne propia. Porque si éste te puso "me gusta" te tiene que entrar, o si no puso ella su relación con él en Facebook es "raro" ¿raro? Sí, raro. O si no subís una foto con tu pareja sos un/a anti, o tenés que publicarlo en todos lados posibles para que sea re contra visible que están muy feliz, o no ¡peor! Si no contestás un mensaje rápido, pero el quilombo que se te arma ni te cuento.
Y, lo veo en las parejas de mis amistades, porque convivo con esas cosas. Porque nos vale más lo que se diga por una red social, estamos alertas todo el tiempo que es lo que piensan de nosotrxs a lo que nosotrxs podemos dar cada día en nuestras vidas.
Y, a mí me rompe bastante los ovarios esto de la tecnología. Si bien no niego que nos facilita muchísimas cosas como la información al instante y mismo la conexión con otras personas, me es irritante que se haya perdido la magia del "face to face" (así, bien progre escrito). Esa mística de las tardes de mates, de música al aire libre y sin nada más que rostros contándose historias lejanas o futuras ¡o mismo creando sus propias historias! Generalment, o sólo a mí me pasa,que cuandome junto con mis amigos o amigas no se pueden despegar de sus celulares, no miran a las caras y tienen que estar conectados segundo a segundo por si se perdieron algún  chisme nuevo. Ya no sirven esas juntadas, porque al final no nos desconectamos más de estas mierdas que necesitan cargarse cada dos minutos.
La máquina superó al ser humano/a y ahora todxs dependemos de esas cajitas tecnológicas. El narcisismo toca la puerta de nuestras vidas como algo genial donde nos exponemos y necesitamos la aprovación de todo el mundo, y nunca faltan los y las moralitas del siglo XXI que cada paso en falso que dás están señalándote cual pecador/a. Ahora todo es rápido, es express. Todo se quiere ya, ahora y sin intereses. Queremos que las cosas sucedan en este momento para poder publicarlo en las redes sociales y que todxs lo veamos, porque necesitamos eso, exponernos un poco más. Quizás es la nueva cultura de la globalización o esta mierda de sistema que nos enseña a que tener un celular vale más que un libro.
Ponernos al servicio de la intimidad y creer que la privacidad del/la otro/a termina cuando nosotrxs queremos meternos en sus vidas, llenarnos de esos chismes y creernos dueños/as. Vivir en ese mundo virtual donde sos o no sos, donde las modas avanzan y nos ponen al servicio de la estupidez más placentera.
Y ni hablar de las batallas culturales que hay que hacer, poque no importa nada, se recrean chistes machistas o misóginos o mismos racistas en lo que todxs nos ponemos al tanto. Conocemos nuevas personas por redes sociales, charlamos, nos miramos en semejanza, conocemos, pero al fin y al cabo lo que cuenta es que no te haya clavado el visto en el querido whatts app. Nos volvemos consumistas de una realidad paralela de lo que somos y de lo que queremos ser, todo es más fácil detrás de un monitor o pantalla pero en la vida donde hay que pisar el pasto con los dedos de los pies... todo se diluye.

Por eso -esto llámese catarsis- creo que tenemos que terminar con ésta estupidez de las redes.
Mandarnos mensajes para saber como estamos es un detalle, entender al o la otrx cuando no tiene ganas de hablar y juntarnos a tomar una birra, tirar el celular a la mierda y abrazarnos en lo más profundo.


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